A cada interior su propia iluminación

A la hora de diseñar un espacio, ya sea un edificio nuevo o una reforma, no se puede pasar por alto el diseño de la iluminación. Esto significa que no basta con elegir buenas luminarias para resolver la iluminación de oficinas, espacios públicos o viviendas.

La iluminación desempeña un papel clave en la forma en que las personas experimentan y entienden la arquitectura. Tanto si los edificios y estructuras están iluminados de forma natural como artificial, la iluminación es el medio que nos permite ver y apreciar la belleza de los edificios que nos rodean.

Iluminación natural y artificial comparadas

Es esencial crear un equilibrio satisfactorio entre iluminación y arquitectura. Para ello, es importante recordar tres aspectos básicos de la iluminación: estética, funcionalidad y eficiencia.
La estética es el aspecto en el que los diseñadores y arquitectos se centran en el impacto emocional que la iluminación y la arquitectura tendrán en las personas. Es donde los diseñadores determinan no sólo el aspecto de las luces artificiales, sino también el efecto de la luz que producen. Este aspecto es especialmente importante en los comercios; la iluminación exterior debe atraer al consumidor, mientras que la interior debe realzar el ambiente y los productos expuestos.

El segundo aspecto, la funcionalidad, es sin duda crucial. Queremos que la iluminación despierte emociones, pero también debemos asegurarnos de que cumple su función más importante: ayudarnos a ver. Las zonas deben estar iluminadas de tal manera que cualquier persona que visite el edificio se sienta segura al pasar por una habitación o un elemento de conexión (pasillos, escaleras, rellanos, etc.).

Está claro que la eficiencia energética es muy importante en la época actual debido a los movimientos mundiales a favor de la construcción ecológica y la sostenibilidad.
También se pueden conseguir resultados increíbles prestando atención a los aspectos más ecológicos de la iluminación. Éstos se consiguen garantizando que la mayor cantidad de luz posible llegue a su objetivo y evitando al mismo tiempo el derroche innecesario.

Reducir la cantidad de luz desperdiciada hará que el edificio sea más eficiente. Una forma fácil de hacerlo es instalar LED en lugar de fluorescentes.
Pero no es sólo la tecnología final la que tiene que rendir en este sentido: los propios materiales de construcción de las luminarias tienen que estar diseñados para encajar lo mejor posible en un concepto de economía circular que apoye al máximo la vida útil de las materias primas.

Iluminación de las distintas habitaciones

En una casa, cada habitación debe tener una mezcla de iluminación, que incluya luz ambiental, de ambiente y de trabajo. En el salón, por ejemplo, es muy útil tener distintas capas de iluminación para ajustar la intensidad y la dispersión según los distintos usos: conversación, comedor, televisión. En el hogar, sobre todo en la zona de noche, es mejor evitar las luces demasiado frías y crear más bien efectos de contraste diversificando los cuerpos de iluminación. En la cocina, en cambio, es importante disponer de una iluminación directa y evitar al máximo las zonas de sombra.